Desperté a mi madre con un polvazo

La siesta le sentaba de lujo a mi madre, pero yo no podía evitar fijarme en ella y poco a poco, fui empalmándome. Empecé a meterle mano y entonces despertó y vio mi polla dura, algo que decidió aprovechar. Le dio igual que fuese su hijo, solo quería que le metiese la polla y eso acabé haciendo sin pensármelo demasiado.

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