No esperaba que mi prima apareciese por casa para almorzar en familia, pero acabé agradeciéndolo y mucho. Y es que mientras mis padres preparaban la comida, ella se encerró en mi cuarto y se quitó la ropa, para ponerme la polla bien dura. Sin duda consiguió hacerlo y acto seguido, me quiso regalar unas mamadas en la cama, sacándole brillo a mi rabo y pidiéndome que me corriese en toda su boca… brutal.