Hace poco me hice con un arnés en un sexshop y cuando se lo comenté a mi prima, se empeñó en querer probarlo. Así que un tarde apareció por casa y entramos en situación, poniéndose a cuatro patas y dejando que probase su coño con esa polla de plástico tan gorda. Yo le di con ganas y ella gimió como nunca con ese rabo, algo que me hizo darle más fuerte hasta dejarla bien satisfecha con el polvazo.