Tras muchos años acomplejada, mi suegra ha decidido darse un capricho y ha pasado por el quirófano. Ahora tiene un par de tetas nuevas y bien grandes, con las cuales me ha dejado los ojos como platos. De hecho, ha querido que sea el primero en probarlas, quitándose la ropa en el sofá y dejándome incluso penetrar su chochito antes de que aparezca su marido.