Solo tengo ojos para su tremendo escote

Al parecer, mi madrastra había perdido a su perro y me pidió que pegase carteles por la ciudad. Pero yo, más que en el cartel, solo podía fijarme en el escote que llevaba esa mañana. Por eso, cuando vio como le miraba las tetas, decidió enseñármelas y dármelas a probar, en una follada casera de la que nadie supo nada.

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